Básicos Yoga: ¿Sabes cómo sentarte? Sukhasana (asiento cómodo)

En yoga, como en muchas cosas en la vida, tenemos tendencia a idealizar: las posturas, proyectamos en nuestra mente cómo estaríamos en la postura de la persona que tenemos al frente. Y luchamos y nos esforzamos para llegar a esta figura tan bonita que se dibuja desde el exterior.

En yoga, como en la vida, lo importante son los cimientos y lo que no se ve, el interior.

Soy la primera que tengo esta tendencia de construir y dibujar externamente aquella posición de brazos y piernas. Cada vez, tengo que parar, recular y obligarme a sentir desde el interior qué movimientos, acciones y direcciones deben llevar mis distintas partes del cuerpo separadas y a la vez tan coordinadas entre sí, moviendo y dirigiendo la energía y, por ende, la concentración hacia este lugar.

Si estás iniciándote en yoga o, mejor aún, si ya vas a clases pero no consigues avanzar, te recomiendo empezar por la base. Y esta base es la de sentarte correctamente.

¿Por qué, sólo sentarme? – dice mi ego

En la «simplicidad» de un asiento en el suelo como es la postura base de asiento en yoga llamada ⁠SUKHASANA⁠ hay implícitos tantos detalles e información que podrías detenerte y trabajar en ella por semanas.

Aquí tienes mi respuesta a este por qué:

-Columna: en la columna suele haber 2 temas cruciales: conseguir mantenerla erguida y evitar puntos de tensión. En la vida y en yoga. Desde sukhasana, tienes el mejor acceso a la estabilización y reconocimiento de la postura de tu columna. Sientes la columna alargarse, de la buena forma, esto es: imagina una cuerda que debes mantener tensa y la estiras desde los dos extremos. Así, la columna se alarga de la misma manera, el coxis baja hacia el suelo y la coronilla intenta alcanzar el techo (como si alguien te estuviera tirando de la coleta). Cada vez que inhalas, intentas crecer y crecer. La mente te lleva a imaginar este micro espacio que vas creando entre tus vértebras y paulatinamente te vas sintiendo más y más ligera.

*Y voy más allá!. Como solemos estar todo el día sentadas con un apoyo del respaldo de la silla o el sofá, ¡la musculatura de la espalda no trabaja! Te darás cuenta los primeros días que sentarte sin apoyar la espalda es incómodo e incluso llega a «doler». No es un dolor malo sino que ¡estás trabajando esta musculatura que tienes dormidísima! Poco a poco, sentarte en sukhasana por varios minutos, te reforzará la musculatura que envuelve la columna. Más fuerte, mejor postura.

*Y otro paso más! Para que la lumbar no se cargue, evitamos tirar el tronco hacia atrás y mantenemos la pelvis ligeramente basculada hacia delante. Deshacemos así la curvatura que se crea en la lumbar y que con el tiempo en esta mala postura nos lleva a cargarnos.

*Y otro paso más! La espalda se alarga hacia el cielo pero ojo! la barbilla está metida en dirección al pecho. Cuando realizas este pequeño ajuste, sientes un alivio muy agradable en las cervicales. Este espacio en cervicales al crecer y al llevar los ojos abajo son casi un masaje para tu postura.

¿Qué te parece? Y sólo hemos hablado de la espalda…

-Cadera: estar sentadas en silla nos mantiene las caderas cerradas por laaargas horas. Una cadera bloqueada implica otras zonas como ingles, isquiotibiales, lumbares así como un bloqueo también mental. En sukhasana hacemos otros dos descubrimientos: que los isquiones son nuestros «nuevos pies» y cómo compensamos la cadera abriéndola hacia fuera, permitiendo que se relaje toda la zona pélvica.

Siéntate sobre los isquiones (sí, los huesecitos que notas en el culete). Busca su contacto con el suelo. Es así como debes sentarte, no sobre las lumbares y echada hacia atrás como solemos estar. Es en este momento que descubres que tienes estos nuevos pies. Si estás sentada sobre los isquiones, automáticamente tienes la columna recta y el peso recae en el hueso y no en las articulaciones.

Cuando te sientas en sukhasana por primera vez, te sorprenderás de a qué altura quedan tus rodillas…madre mía! dirás, no consigo que bajen hacia el suelo. Sentarse en sukhasana a diario por unos minutos (puede ser viendo una peli), sentirás que la cadera tiene cada vez más movilidad. Con la buena base de isquiones, cadera en rotación externa y lumbar ya bien colocada….¡cuánto estás ganando para construir el resto de posturas de suelo!

-Es el turno ahora de los Pies: Claro, puedes sentarte y dejarlos tal cual. Ah, pues en sukhasana no vale. Pies deben estar activos (esto significa que debes flexionarlos). Automáticamente sientes como las rodillas sufren menos y sostienes mejor la base de la postura. Ah amiga. Aquí descubres la clave de la colocación del pie (en punta o en flex) en muchas de las posturas, cómo ayuda a sostener, cómo protege articulaciones…)

-Abdomen: Sigo con la magia de sentarse bien. Estás ya colocada y recta. Empiezas a respirar de forma natural. En sukhasana, sientes cómo el abdomen y el pecho se expanden al inhalar y, al exhalar, te pido que vacíes, del todo. Al final, cuando ya te sientes sin aire, metes el ombligo (como si lo llevaras hacia la columna). ¡Tachán! estás trabajando sin saberlo esta musculatura abdominal y practicando la más importante acción de todas las posturas de yoga! Si en sukhasana te acostumbras a esta acción: ombligo entra sin aire al final de la exhalación, empezarás a integrar tu uddiyana bandha. Muchas personas avanzadas en yoga pueden construir figuras pero no han entendido (asimilado en su interior) toda la activación que se produce en este pequeño gesto.

No me voy a alargar más. Creo que ya te he convencido (o esto espero). Practica y practica sukhasana buscando asimilar todo lo que te propongo aquí y verás cuántas cosas has aprendido. ¡Estando sentada!

Cuando consigas integrar todas estas acciones y sensaciones en tu sukhasana, entenderás muchísimo más la construcción de otras posturas más avanzadas porque las acciones son muy similares!

Tienes aquí el vídeo explicativo de cómo construir esta postura.

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